La canción comienza con un suave piano y una voz dulce que relata una historia de amor prohibido. Conforme avanza, la melodía se va intensificando y el coro entra en escena, añadiendo una capa de emoción y pasión. La guitarra eléctrica se une a la mezcla, aumentando la intensidad y llevando la canción a un clímax épico. Después de una pausa, la voz principal vuelve, cantando con un tono más suave y triste, mientras el piano la acompaña con notas suaves y melancólicas. Finalmente, la canción termina en un suspiro, dejando a los oyentes con una sensación de añoranza y esperanza.